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miércoles, 24 de marzo de 2010

Notas de Literatura (1)

Algunos mentores de Lowell quienes: “llevados por la pasión de arrancar a cualquier poema hasta su último secreto desenterrado, si era necesario su séptima ambigüedad” Referencia en uno de los ensayos de Seamus Heaney (de la emoción a las palabras) al libro de William Empson: Seven types of ambiguity (1930) dice Heaney: “por eso no es de extrañar que Lowell, en uno de sus últimos poemas, relacionase con ironía y exactitud su primera obra con la fortaleza de Troya y sus siete murallas, fortaleza donde el sentido permanece emparedado (amurallado) tras anillos de muy elaborado arte”.

Heaney se refiere de esta forma al tríptico de Lowell escrito a sus cincuenta años. Este lo conformaban History, for Lizzie and Harriet y The Dolphin; “me siento apartado de mi campo de libertad lectora por esa fachada imponente y remachada, por el paso acorazado, por la densidad sin concesiones del conjunto”

Lowell: “if faith can be believed / our flesh will grow lighter”

Heaney; en de la emoción a las palabras. Sobre los vers donnés como dice Valery, es el verso dado, la música que obsesiona al oído, en oposición al vers calculés que domestica esta música. Las mismas diferencias las toma Heaney en su ensayo sobre Wordsworth y Yeats. Heaney determina que existe un ritmo intuitivo en todo poeta más allá de sus influencias.

En torno a la satisfacción de Wordsworth en el paisaje abierto y la naturaleza, Heaney menciona, algunas teorías que relacionan el poema Prelude con la última parte de Paradise Lost de Milton; “En cuanto nos hacen ver la alegría de Wordsworth ante le paisaje abierto y su sensación de liberación de las servidumbres de la ciudad”. Respecto de de su propia música Wordsworth nos dice en Prelude: “my own voice cheered me, and, far more, the mind’s / internal / echo of the inperfect sound, / to both I listened, drawing from them both / a cheerful confidence in things to come”.

Existen algunos testimonios citados por Heaney respecto a la forma de componer de Wordsworth durante sus largos paseos en el distrito de Los lagos. Veamos: “había otra cosa que mantenía a los labradores alejados, aquel hombre tenía una voz atronadora y burlona… se de gentes, zagales y muchachos del pueblo que cada vez que pasaban por el antiguo camino que va de Grasmor a Rydal se llevaban un susto de muerte al aproximarse a la Wishing Gate, pues oían aquella voz burlona que gruñía y mascullaba y retronaba en medio de la tarde apacible… (testimonios de los campesinos de Westmorland recogidos por el reverendo Canon Ranenly) tenía un modo quedarse plantado al lado de una roca que hay en el camino que hay a Rydal, que la gente oía unos sonidos como de alimaña salvaje que salían de en medio de los peñascos y los niños se llevaban unos sustos de muerte”.

Haztitt (citado por Heaney) “Coleridge me comentó que le gustaba componer mientras paseaba por un terreno accidentado o abriéndose paso a través del ramaje enmarañado de algún bosquecillo de matojos; mientras que Wordsworth siempre que ha podido ha escrito mientras paseaba arriba y abajo por un camino recto de gravilla o en algún lugar donde la continuidad de sus versos no pudiese tropezar con ninguna interrupción colateral”. Heaney nos dice respecto al ritmo de Wordsworth: “Lo más importante es la continuidad de la situación esa búsqueda interior que se desborda hacia afuera, paseando de una lado a otro del camino de gravilla, con el chasquido y le rechinar de la grava actuando de metro o metrónomo bajo los ritmos del canto interrumpido”. Menciona además el origen de la palabra verso: “verso proviene del latín versus que podía significar una línea de un poema pero también el giro que un labrador da al terminar un surco al final de un campo y disponerse a empezar otro”.

Lo que hace Yeats y posiblemente también lo que hace Ernesto G. es un acto de control, de manipulación de su voz, maniatamiento incluso, de su propia voz.

Patrick Kavanagh: “I have what every poet hates in spite / of all the solemn talk of contemplation”.

La intelectualidad de izquierda circula entre el reproche a la élite y la constante situación de resistencia. Me jode la dinámica del reproche y ciertamente también la de resistencia. Aunque de esta última yo mismo, de algún modo, soy representante.

En “El dominio de Lowell” en el mismo volumen de Anagrama con los ensayos de literatura de Seamus Heaney. Distingue la poesía ígnea de la sedimentaria: “lo ígneo es súbito, inesperado y perentorio; lo sedimentario es constante, dilatado y gradual.” (geología: rocas ígneas: derivadas del magma, rocas sedimentarias: formadas por depósitos y acumulaciones de materiales).

Lowell: “El poema es un acontecimiento no la descripción de un acontecimiento”

Adán Méndez: “Y sobre todo se nota que son poemas de alguien que no se sienta a escribir poemas” ¿? (en la evaluación de los poemas ganadores del concurso de poesía de la Revista de Libros 2010).

Soy precisamente aquel que se sienta a escribir poemas!

Experimentamos lo que Yeats señala: “el modo como la bestia se revuelve debajo”. A Lowell, según Heaney, le habría quedado grabada la idea del desarrollo poético gracias a los ejemplos de Yeats, Eliot y Auden. En el mismo ensayo, Anna Swir citada por Heaney dice: “podríamos emplear una abreviación paradójica y decir que un escritor tiene dos cometidos. El primero es crear su propio estilo, y el segundo, destruirlo. El segundo es más difícil y lleva más tiempo”. En este punto creo que mi propia evolución poética ha seguido esta dinámica. Con cada nuevo poemario he querido destruir estéticamente el anterior, aunque los puntos de encuentro entre ellos son más de los yo mismo propongo desde un principio, se podría decir que un internal echo, al decir de Wordsworth, perdura a pesar de estas obligaciones destructivas.



En Lowell, Robert. Poemas. Ed. Sudamericana. Buenos Aires 1969.

Respecto de Lowell: “Y por la práctica de una poesía en la que la pasión de la inteligencia, el orden, la elegancia, la ironía, la tensión, han remplazado con ventaja al mero histrionismo verbal y sin dejar por eso de ser característicamente norteamericana en su idioma; no el idioma de Whitman o Carl Sandburg, sino el que construyeron maestros del lenguaje como Pound, Eliot, Wallace Stevens”.

En torno a esto creo que la última poesía escrita en Castellano, hablo de los últimos veinte o treinta años, ha comprendido gradualmente la riqueza de un modo poético de decantación y concentración de sentido, fruto a mi juicio, de las lecturas de algunos poetas de habla inglesa. Las posibilidades de este nuevo campo de acción son enormes pues nuestra lengua suma además su amplio repertorio estético, su variada sonoridad y posibilidades formales. Está por verse los avances futuros en esta materia. Por de pronto mi propio trabajo poético se mueves en estos territorios.


Testimonio de Seriedad

La causa de nuestras desgracias
es el continuo adversario
que aparece.


La última poesía chilena ha sido asediada por múltiples problemas:
- Excesivo afán de figuración.
- Un descuido de la calidad del trabajo poético.
- Política y poética de la inmediatez.
- Sonambulismo estético.

No basta con “escribir”, todos o casi todos, pueden hacerlo. Lo realmente difícil es extraer del lenguaje su mayor capacidad referencial, estética y metafísica.

Veo a la poesía como una posibilidad de orden, de dar mesura a lo desmesurado.

Elías Canetti en La conciencia de las palabras. FCE, México 1992. “El verdadero escritor, sin embargo, tal como nosotros lo entendemos, vive entregado a su tiempo, es su vasallo, su esclavo, su siervo más humilde (…) es el sabueso de su tiempo”.

Alfredo Jaar en una entrevista en tv: “hay una enorme brecha entre la realidad y sus posibles representaciones… and that gap is impossible to close, por eso como artistas debemos probar diferentes estrategias de representación”

Carlos Monsiváis: “Se piensa (con el criterio de quien usa objetos ajenos) que el lenguaje deber ser utilizado sólo para los fines trascendentes. Y estos fines trascendentes, el amor, la religión, la patria, la humanidad (con o sin mayúsculas) no puede alternar con ninguna forma de humor” (prólogo de La poesía mexicana del siglo xx, antología. Empresas Editoriales, S.A México 1966.)

“la actitud de los contemporáneos que cultivaban un exigente profesionalismo literario en años confusos y anárquicos y el hecho curioso de que en años de extrema demagogia artística, de versificación proletarizante “salida de los entresijos del alma”, Xavier Villaurrutia publique Nostalgia de la muerte (1938) y José Gorostiza Muerte sin fin (1939).”








mgth.

2 comentarios:

j.p dijo...

estimado: es un embrollo de aquéllos, pero me lo vacilé todo el rato. espero seguirte por todos los meandros en que se te ocurra internarte. máster, un abrazo.

PAULY dijo...

Hola ^^
muchas gracias por la copia de sus cosillas...ya comienzo la lectura!

Y ya no nos veremos...deserté
ufff (igual me da lata)

un beso!

Y harta buena energía para ti